Un Cheeto gigante con enormes dedos recubiertos de polvo naranja se convierte en una atracción al borde de la carretera.
En todo el mundo los «Cheetos», o el nombre que tenga en sus países, es una sensación que se ha metido a fuego en la cultura popular, con ese sabor inigualable y sobre todo esos dedos que se convierten en naranjos gracias al polvillo que suelta agarrarlos.
Y resulta que a este fenómeno especial, Pepsi-Co quiso hacerle un homenaje, erigiendo una estatua en una localidad de Canadá.
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